La maternidad es una experiencia personal en que se viven las emociones a flor de piel. Una mujer cuando da a luz siente por primera vez un cúmulo de sentimientos que nunca antes había experimentado. Con la bimaternidad el ser madre y las emociones se intensifican todavía más y de esto os voy a hablar hoy.
Mi experiencia: La maternidad por primera vez
Hace tres años me convertí en mamá y es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, vivir la maternidad por primera vez. Es cierto que cada mujer lo vive y siente de forma distinta. Pero, seguro que si eres madre sabrás de lo que hablo.
Yo no estaba preparada para esa nube de sensaciones que se producen durante el postparto. Pero tampoco lo estaba para sentir tanto amor, tanta felicidad y tanto miedo a la vez. No puedes imaginar cómo vivirás la maternidad hasta que la vives.
En mi primer embarazo dediqué todo mi tiempo en preparar la llegada de nuestro bebé. Fui a clases de yoga, preparé todo lo necesario para su llegada, despacio, con calma, con mimo. Lo viví todo muy intensamente. Todo me emocionaba y todo me preocupaba.
Cuando nació Martina pude dedicarle todo el tiempo del mundo, era mi prioridad. Los primeros meses estuvieron llenos de nuevos sentimientos encontrados y nuevas experiencias. Nos pasábamos el día conociéndonos, sintiéndonos, necesitándonos y creando un vínculo muy fuerte.
Lactancia Materna por primera vez
La Lactancia Materna fue maravillosa. Recuerdo como si fuera ayer cuando amamantaba a Martina. See paraba el tiempo y no existía nada más. Era nuestro momento de paz y de calma en medio de noches enteras sin dormir, cólicos y las típicas preocupaciones de una mamá primeriza, que suelen ser muchas.
Entre nosotras existía un Apego muy fuerte, un vínculo único y especial. He vivido con ella sus primeros momentos importantes. Su primera risa, su primer gateo, sus primeras palabras. Escuchar por primera vez Mamá fue uno de los momentos más mágicos de mi primera maternidad.
Mi experiencia con la Bimaternidad
La bimaternidad para mí ha sido mucho más intensa y difícil de lo que había pensado, sobretodo durante los primeros meses. Sabía que ser madre de dos sería complicado, pero no sabía que emocionalmente me afectaría tanto.
No tuve tanto tiempo para dedicarle a mi barrigota de embarazada. Tampoco lo tuve para preparar todo con tanta calma y tanto mimo como lo hice en mi primer embarazo. Estar embarazada y cuidar de tu otra hija no te deja tiempo para mucho más. Martina no tenía ni 2 años y requería mi atención a todas horas, naturalmente.
Mi segundo embarazo fue difícil. Tenía mareos a todas horas y estaba más cansada que nunca. Ahora sé de primera mano que cada embarazo es distinto. Con Martina fue un camino de rosas y con Mateo fue un embarazo muy duro. Además, me sentía culpable por no poder dedicarle a Martina todo el tiempo, como había hecho hasta el momento.
Cuando nació Mateo pude sentir como el amor se multiplica y durante mi ingreso en el hospital pude disfrutarlo al 100%. Volví a experimentar ese amor y esa ternura al abrazar por primera vez a mi bebé. Pude vivirlo con calma por primera vez, con mimo y despacito. Fue en ese momento cuando pensé que todo el esfuerzo había merecido la pena.
Volvimos a casa siendo 4 y agradecidos por lo bien que había ido todo. Mateo me había dado un mal embarazo, pero para compensar me dio un parto maravilloso que nunca olvidaré. Ahora era el momento de estar emocionalmente fuerte y adaptarse a la nueva situación. Pero no supe cómo controlar todas esas nuevas emociones y tampoco supe cómo hacer que Martina las gestionara.
Emocionalmente Martina lo pasó mal. Hasta ese momento había sido la única en casa y toda nuestra atención y cariño eran para ella. Pero ahora tenía que compartir el amor que sentíamos por ella con otro bebé. Tuvo que vivir la experiencia de ver a sus padres sosteniendo en brazos a otro bebé, y ver cómo su madre le amamantaba y como le quería también. Me pongo en su lugar y entiendo lo duro que debió ser gestionar todas esas emociones con tan solo 2 añitos.
Yo también lo pasé mal, muy mal. Por un lado, necesitaba tiempo a solas con cada uno de ellos, pero no lo tenía. Necesitaba conectar con Mateo, conocerlo y sentirlo. Darle el pecho sin interrupciones, como en mi primera Maternidad. Pero también necesitaba tiempo con Martina para que entendiera que la quería más que nunca y que la llegada de un hermanito era el mejor regalo que podíamos darle.
Ahora que ya han pasado 7 meses os puedo decir que por fin estamos disfrutando al máximo de la familia que hemos formado. Han sido unos meses duros de adaptación y de gestionar emociones. La maternidad despierta en ti un cúmulo de sensaciones y sentimientos muy difíciles de controlar. Pero es la experiencia más increíblemente bonita que he vivido hasta ahora.
Martina está feliz y Mateo nos lo ha puesto todo muy fácil, así que, aunque emocionalmente haya sido difícil para todos, no lo cambiaría por nada del mundo. Y ahora puedo empezar a disfrutar con calma, con mimo y emocionalmente bien, de todas las primeras veces del pequeño rey de la casa.
¿Y vosotras? Como vivisteis vuestra segunda maternidad? Si entre todas nos apoyamos seguro que es mas fácil sobrellevar esas emociones que a veces brotan tan fuerte durante el post parto.
Fotografías preciosas de @laralopezphotogaphy
Yo también tuve a mi segundo hijo cuando el primero aún no tenía dos años. Creo q no hay que pasar tiempo con cada uno individual sino con los tres a la vez, incluido el papa cuando se pueda. La unidad de la familia es lo que deben entender los niños desde el primer momento e involucrar al hermano mayor al cuidado del bebé aunque sea agarrándole un piececito para que no llore, es fundamental. El amor no se comparte, se multiplica. El mejor regalo que se le puede hacer a un niño es un hermano para jugar y un compañero de por vida, no hay que pedirle perdón
Toda la razón. Es necesario pasar tiempo juntos como unidad familiar e involucrar al hermano mayor. En algunas ocasiones, sin embargo sentía la necesidad de pasar tiempo con Mateo a solas y con tranquilidad y también con Martina porque veía que ella lo necesitaba. Creo que cada familia es un mundo y cada mujer también y por esa razón las necesidades a veces cambian. A Martina y a mi nos ayudó mucho pasar tiempo a solas y hablar. Y sí, el amor se multiplica y es maravilloso;)
Gracias por comentar y dar tu opinión;) Feliz día.
Yo lo estoy viviendo en este momento. Mi hijo “mayor” tiene 3 años y mi bebé apenas 2 meses. Solo me arrepiento ahora cada día de no haber pasado más tiempo con el mayor y cada noche se me encoge la tripa cuando tengo que decirle que mejor le leerá el cuento mi pareja .. La bimaternidad me está poniendo a prueba de una forma para la que no me había preparado .. espero encontrar el equilibro pronto